Hace un tiempo Buda sufrió una úlcera tórpida por un traumatismo en un ojo, el derecho, y una herida por un aloe vera en el otro, que sanó con el tratamiento normal para estos casos. Esto le provocó un entropión espástico del que tuvo que ser operado.
Completamente recuperado de la operación de entropión y de las lesiones oculares, tenemos que hablaros de cómo se trató la úlcera tórpida, cuyo tratamiento es más complejo. Se nos plantearon dos opciones, una era intervención quirúrgica en la que se retiraría a úlcera, más rápido, con la posibilidad de quedar una cicatriz mínima y algo costoso. La otra consistía en usar el suero de su propia sangre, con colirio antiinflamatorio, antibiótico y colirio de vitamina b. Más largo, incómodo para nosotros por tener que dar gotas varias veces al día, y necesitaba sacar sangre una vez a la semana. Más barato y menos agresivo.
Ya que habíamos realizado la operación de entropión, no queríamos que pasase por una nueva intervención, así que nos decidimos por la segunda opción. Dado que había que hacer una revisión semanal, la sangre se sacaría aprovechando la visita obligatoria. El suero se consigue dejando reposar la sangre en la nevera, bajando todos los componentes pesados y apareciendo el suero o plasma limpio en la parte superior.
Con paciencia se le aplicó el tratamiento, hasta que los veterinarios decidieron darle el alta. De la úlcera quedó una mancha marrón rojiza que ha ido desapareciendo siendo reabsorvida por su organismo.
Úlcera tórpida antes de operar el entropión y en inicio del tratamiento.
Mancha resultante una vez se le dio el alta, se ve la zona coloreada.
Ahora tiene el ojo limpio, sin restos de úlcera, la córnea cristalina y sin cicatriz que tendría de haber realizado la operación para retirar la úlcera.